Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que soy sin ti.
Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno del otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
Dentro de mí, quiero decir, te llamo,
Te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
Jaime Sabines
Este poema me vuelve loca! de mis favoritos :) gracias Henry. Muchos besos
ResponderEliminarVidita.
EliminarMe da mucho gusto que estés de regreso.
Bienvenida otra vez. Espero seguirte leyendo por aquí, por tu blog... y en una futura columna periodística.
Un abrazote
E.